Parece mentira que haya tardado tanto en escribir una entrada sobre los grandes premios de la industria, pero el tiempo del que disponemos a veces es demasiado escaso.
Por primera vez en mi vida, he conseguido ver en condiciones (es decir, por tv y no en la minipantalla de un portatil) los premios más importantes del cine, los Oscars. Temiendome qué gala podría encontrarme...quizás soporifera, quizás extravagante...me senté en el sofá desde las 23.30 de la noche (hora canaria) y no me moví de allí hasta que dieron las 05:10 de la mañana del día siguiente. Me había pegado toda la noche en vela para desvelar al mismo tiempo que el resto del mundo quienes serían los afortunados que pasarían esa noche a engrosar las grandes listas de la historia, como ganadores de un Oscar.
El comenzar con el gran desfile de la alfombra roja, donde todos y cada uno de los principales protagonistas de la noche lucían palmito antes de entrar al gran Dolby Theatre se convirtió en un pasatiempo de lo más entretenido. Comprobar como mis favoritas (tanto en cuanto a moda se refería como en candidatas al Oscar) Jennifer Lawrence y Jessica Chastain cumplían con mis objetivos. Encumbrar aún más en el Olimpo de los Dioses a Bradley Cooper impresionante de Armani, o descubrir que una de las principales parejas del celuloide (Pitt-Jolie) no acudían a la gala (sí a la posterior fiesta de Vanity Fair) fueron solo alguna de las anecdotas que me dejó semejante paseillo,de más de una hora de recorrido hasta entrar al Dolby.
La ceremonia, un tanto rara para mi gusto conjugaba el estilo del Hollywood clásico que tanto me gusta en cuento a estética como en referencia a numeros musicales (comenzar con Charlize Theron y Chaningn Tatum bailando a lo Fred Astaire y Ginger Rogers fue del todo rememorable), pero la cosa es...¿cuándo llega algo a ser lo suficiente como para decir basta? si, la ceremonia estaba bien, numeros musicales con protagonistas sobre el escenario, momentos de memoria a los ya desaparecidos...pero tanta música llega un punto en que cansa, más que los Oscar parecía que estuviesemos en Bradway viendo un musical que verse sobre los premios.
Los galardones, no sorprendieron tanto, quizñas lo menos esperado fuese el Oscar al mejor director que recayó en Ang Lee por ''LA VIDA DE PI'' (LIFE OF PI) , los demás (de gran talla) mejor película, mejor guión, mejor actor y actriz principal recayeron sobre las esperadas. Mención aparte merece el hecho de que pese a todas las buenas críticas, los alagos y el oscar a mejor película, Ben Affleck ni siquiera se encontrase nominado al Oscar como mejor director.
La anécdota de la noche para mi la puso Jennifer Lawrence, al tropezar con su Dior-Couture a la subida de las escaleras del escenario para recoger su merecida estatuilla...creo sinceramente que la naturalidad con la que lo llevó, su repertorio de muecas, su espontaneidad y la emoción del moemtno la encumbrará más allá de los videos de youtube con su caída y el recuerdo en la memoria de que al recoger su primer Oscar (ojo a esta puntualización ''su primer''...puesto que creo que vendrá mínimo alguno más) se tropezó.
La gala de los Oscars dejó para mucho y para muchos gustos, yo personalmente me quedo con el recuerdo que se brindó a la época dorada de Hollywood de muchas y diversas maneras.
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